El suroeste de República Dominicana



Una de las cosas que más me gusta de este país es que siempre tiene algo nuevo que ofrecer y nunca me canso de planear nuevos surftrips. Por eso, cuando tuve la oportunidad de conocer Barahona y Bahoruco ni me lo pensé dos veces.



Barahona

Barahona se encuentra en el sur de República Dominicana, a 200 km de la capital dirección oeste. Cuenta con las playas más hermosas y vírgenes que he visto en el país. Donde se conjugan playas, montañas y ríos, formando entre los tres una perfecta combinación para vivir momentos inolvidables.




Esta zona de la isla es bien conocida por la piedra del Larimar. Esta piedra semipreciosa fue descubierta en 1916 pero no aprobaron la explotación de las minas hasta 1974 que fue cuando se dieron cuenta que la piedra no llegaba del mar sino de la tierra y era arrastrada a la playa por el río. Su nombre actual se lo debe a Miguel Méndez, quien al unir el nombre de su hija, llamada Larissa, y la palabra mar, por los colores del agua del Mar Caribe donde fue encontrada, formó la palabra Lari-Mar. Aun se encuentran en la orilla de la playa, y los locales lo venden a precios bajos, pero todas esas piedras están sin tratar, pero aun así son perfectas para decorar la casa.

Bahoruco

En esta localidad fue donde nos centramos más en este viaje ya que buscaba olas. Definitivamente hay lugares que gracias a la gente se ven diferente y por eso tengo que hacer una mención especial a los locales de esta área. Ellos nos brindaron todo su tiempo para poder llevarnos a las mejores playas y las olas mas surfeables.



Hotel Playazul




Mientras buscaba información sobre donde quedarme me recomendaron Hotel Playazul. Al principio teníamos la opción de acampar, lo cual me encanta, pero al ver las fotos del hotel me enamoré a primera vista. Se encuentra situado a las afueras de Bahoruco en una localización perfecta super exclusiva con playa propia. En su web podéis ver la galería de fotos y todas sus facilidades. Disponen de un Restaurante e incluyen el desayuno con la habitación. Tienen servicio completo de masajes, piscina e incluso helipuerto. 





Las habitaciones son amplias con baño privado, con 1 o 2 camas. El hotel dispone de 20 habitaciones distribuidas de la manera siguiente: 12 habitaciones con una cama matrimonial tipo queen, 6 habitaciones con camas dobles tipo full, y 2 habitaciones superiores con cama matrimonial tipo queen. Todas están equipadas con aire acondicionado, abanico, agua fría y caliente, baño con ducha, caja fuerte, televisor con cable, teléfono, la mayoría con vista al Mar Caribe.




Sinceramente, es un lujo las vistas, con un acantilado que se asoma en un agua turquesa típica del puro Caribe. Una gran extensión de naturaleza donde agarré por la noche mi manta, sabana y almohada para disfrutar de las estrellas y los sonidos de la noche, vale la pena dormir una noche bajo las estrellas en un área totalmente seguro.



Las playas y Olas


Aunque recorrí varias playas y me metí en todas las olas, tengo que que decir que mi favorita es La Barranca. Un lugar escondido que solo los locales y surfistas conocen, donde hay que entrar a través de un portón con llave. Atraviesas pura naturaleza y llegas a un espectacular escenario salvaje con aguas cristalinas rodeados de acantilados. Una ola derecha de arrecife que rompe cerca de la orilla cuando esta pequeña y con cantos de piedra grandes que hay que tener cuidado al salir. Incluso allí mismo había una ducha y un porche a la sombra donde poder disfrutar del paisaje, sino fuera por los mosquitos! 







La Ciénaga es otra de las playas que visitamos, camino a Pedernales rodeado de montañas. con suelo de cantos de piedra. Entré sin problemas pero el tamaño que tenía ese día y lo cerca que estaba rompiendo de la orilla me dejo sin palabras. Una derecha potente que sientes el backwash tan fuerte que no sabes de donde va a salir la ola, definitivamente no para principiantes, ni bañistas. 


San Rafael

También está San Rafael, un hermoso poblado de gente hospitalaria. Este mismo nombre lo lleva su cálida y hermosa playa, al igual que su río, que dicho sea de paso, es el único en todo el República Dominicana con caudal ininterrumpido por más de 100 años, gracias a la montaña impresionante que lo cubre. Allí mismo se encuentran una cascada de agua fría donde construyeron un restaurante, un lugar perfecto para refrescarse durante las horas de más calor.


Me encanta el país que estoy descubriendo y todas mis nuevas aventuras en República Dominicana, solo me queda agradecer a todos los locales lo bien que nos trataron y lo bien que me hicieron sentir, super segura y en familia. Cualquier duda escribidme como siempre!!